lunes, 24 de abril de 2017

La intemperie

Siempre hace frío ahí fuera. O demasiado calor. Más allá de las tópicas conversaciones de ascensor, el mensaje cala y se hace fuerte en la conciencia. No te alejes, no sea que te quedes a la intemperie... 


La intemperie como amenaza invisible. Siempre presente, pero invisible. Un viaje restringido sólo a los más atrevidos, a los valientes. A buena parte de los que sucumbieron y no regresaron jamás. Y los menos, vuelven, y no acaban de acostumbrarse. Para que ir con lo bien que se está al calor del fuego hogareño... 




Intemperie también obligada ahora para muchos que marchan desesperados. Ante la falta de oportunidades laborales algunos asumen el destierro. Al calor de las bombas, la sangre y la muerte otros muchos que cumplen una vergonzosa condena que ignoramos en silencio desde nuestro confort.


"Intemperie" es el nombre de un libro que hace ya unos años publicó Jesús Carrasco. Deslumbrante debut. Duro, directo y seco. De frases cortas y vocabulario a veces complejo. Un nuevo Delibes, un nuevo Sampedro, dijeron

Más allá de las comparaciones -acertadas-, "Intemperie" es un relato inquietante. Un niño -sin nombre, como mucho "chico"- abandona su pueblo -también sin nombre- huyendo de los abusos de la autoridad, representada por un alguacil sin escrúpulos. 


El chico se enfrenta solo a una llanura dominada por un sol que marca a fuego la intemperie en plena época de sequía. Un castigo implacable y silencioso para aquellos que se atreven a salir del horizonte conocido. 


Tropieza en su camino con un pastor solitario -también innombrado- que con apenas unas cabras, un perro y un burro malvive buscando unos pastos inexistentes. 


El tiempo y la acción transcurren lentas, al ritmo de un sol cansino que parece disfrutar torturando todo aquello que se atreve a recorrer sus dominios


Y en ese ambiente inhóspito, en ese mundo metafórico, el niño crece a las bravas y acaba imponiéndose a sus miedos. 

"La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello. Sentía que había bebido la sangre que convierte a los niños en guerreros y a los hombres en seres invulnerables..."    


"Intemperie", Jesús Carrasco

La intemperie no es más que eso. Atreverse a vencerla. Atreverse a desafiar el mensaje apocalíptico, convenientemente reforzado con el paso de los años, enraizado en nuestra conciencia. La tierra siempre la tierra. 

La intemperie no es más que eso. Atreverse a vencer a tus miedos.


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