Hay días en que me atraganto. Y se me cierran los labios. Ejercen un bloqueo férreo, infranqueable, perfecto como aquellos puentes eternos de cuando jugábamos al parchís. Y aquí no pasa nadie. Y aquí no se expresa nadie.
La vida es como el equilibrista de circo. Cuando eres joven no te da miedo, coges la vara y hacia adelante. A comerte el mundo. Luego, conforme adquieres compromisos la vara pesa más, necesitas que el cable sea más grueso y que haya una red debajo. Pero eso lo haces a costa de renunciar a ciertas libertades y a alguno de tus sueños. Entonces tienes que llegar a un pacto. Un pacto entre lo que eres, lo que siempre has soñado ser y lo que realmente puedes llegar a ser.
domingo, 21 de diciembre de 2014
atragantamientos
Hay días en que me atraganto. Y se me cierran los labios. Ejercen un bloqueo férreo, infranqueable, perfecto como aquellos puentes eternos de cuando jugábamos al parchís. Y aquí no pasa nadie. Y aquí no se expresa nadie.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)